Perfectos desconocidos es la última peli dirigida por Alex De la Iglesia y es el remake de la peli italiana de Paolo Genovese Perfetti sconosciuti (2016). Parece que soy uno de los cuatro italianos en el mundo que no han visto la original, entonces que sepáis que no escribiré nada sobre las relaciones entre las dos pelis…
Admito que no soy un gran fan de De la Iglesia, más por su incapacidad de empezar y terminar una historia sin irse por las ramas que por su habilidad tras la cámara. Mejor dicho, me gusta como director, pero no me gusta como guionista. Y en este caso, como el guión es suyo pero fundamentalmente el mismo de la peli de Genovese, he ido al cine sin prejuicios negativos. Bien hecho, porque en una hora y media De la Iglesia me ha dado más de una razón para reír a carcajadas.
¿De qué trata esta peli? Trata de una cena entre amigos de toda la vida que se hace muy animada por un ‘juego’ al que todos deciden jugar (a pesar de que nadie quiera realmente hacerlo excepto la persona que lo propone): poner los móviles encima de la mesa y compartir todos los mensajes y las llamadas que lleguen durante la noche. Esta será la excusa para llegar a escenas cómicas, escenas dramáticas, escenas serias, escenas ridículas… con un sentido del humor negro que tanto gusta al director español (entre otras, se vean El día de la bestia, 1995, y La comunidad, 2000).
¿Por qué creo que esta peli funciona? Primero, porque es una comedia, que no es mi género favorito, y entonces mis expectativas son bajas por defecto: voy para reírme un poco, y si me río un poquito más ya estoy satisfecho. Segundo, porque los actores son todos bien dirigidos por De la Iglesia y muestran una buena química en la pantalla (como funcionaría en teatro: esta es la clásica idea que puede funcionar en los dos casos, como Carnage del 2011, o Death and the Maiden del 1994, las dos de Polanski). Tercero, porque los diálogos son todos creíbles y después de un rato hasta te olvidas de que estás en el cine porque todo es muy realista. Y cuarto porque la dirección de De la Iglesia da un buen ritmo a la peli, con la cámara que siempre busca marcos que no sean banales. Hay bastante pequeños errores de montaje, desafortunadamente, pero se sabe que es muy difícil rodar escenas con siete personas alrededor de una mesa (el pobre John Carpenter sigue recordando como una pesadilla las primeras escenas de The Thing, 1982, con doce personas en el mismo cuarto contemporáneamente): en cada toma los actores cambiarán algo, una pose, una expresión, la posición de las manos… y cuando inevitablemente en fase de montaje se usen partes de una toma con partes de otras es muy probable que salgan incongruencias.
Bueno, sobre todo no se puede más que decir que se nota el talento de los actores. Eduardo Fernández (El hombre de las mil caras, 2016, Alatriste, 2006) muestra que puede desempeñar el papel de un personaje diferente al que le dan normalmente, el de persona falsa y traidora. Eduardo Noriega muestra que ha mejorado con respeto a sus primeros intentos en Tesis (1996) y Abre los ojos (1997), aunque se nota que su nivel es más bajo del de los demás. La pareja Juana Acosta – Ernesto Alterio, pareja en la peli y en la vida real, funciona muy bien (De la Iglesia ha declarado que quería usar por lo menos una pareja real, ¡una buena intuición!). Una acidísima Belén Rueda es perfecta en su papel, y Dafne Fernàndez también lo es como guapísima joven e inocente.

Añado que como italiano con esta peli he podido practicar un vocabulario muy interesante con palabras muy útiles y usadas a diario como pivón y maricón, o hijo de puta, polla… ¡un vocabulario de nivel! ¡Ciao!
Enlaces adicionales:
- Trailer de la peli en Youtube
- Página de la peli en Internet Movie DataBase
- Reseña de la peli en Espinof
- Reseña de la peli en Cinemagavia
- Reseña de la peli en The Citizen
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3 risposte a "Perfectos desconocidos: reseña de la peli"