Carancho: reseña de la peli

11carancho-span-jumboCarancho es una película de 2010 de Pablo Trapero. Aunque rodada en Argentina por un director argentino y con un reparto argentino (en el que destaca Ricardo Darín), es una producción multinacional, se presentó en Cannes y fue la peli argentina eligida para el Oscar a la mejor película extranjera, pero no llegó a la selección final. ¿De qué trata Carancho?

El protagonista de la película es Sosa (Ricardo Darín), un abogado sin licencia que trabaja para una empresa al borde de la legalidad que gana dinero con los reembolsos a las víctimas de accidentes de tráfico. Durante una de sus estafas, Sosa conoce a la bella Luján (Martina Gusmán), una joven doctora que trabaja en las ambulancias de un policlínico, y se enamora de ella. La cosa es mutua, pero la historia de amor se complica por el hecho de que el mundo criminal de Sosa (especialmente sus colegas sin escrúpulos y un policía corrupto) lo persigue a él por una historia de dinero. Pero no quiero escribir nada más, ya que supongo que pocos han visto esta película y no me importaría si esta pequeña reseña convenciera al menos a algunos a recuperarla, ya que merece ser vista por varias buenas razones.

En primer lugar, la peli muestra una Argentina real, o al menos realista, que es cruda y violenta y donde, por el equivalente de unos pocos cientos de euros, muchos están dispuestos a organizar accidentes con graves consecuencias. Además está claro que los hospitales no tienen fondos suficientes para garantizar un funcionamiento adecuado, y la policía es tan corrupta y peligrosa como los delincuentes contra los cuales debería estar luchando. El estilo de Trapero con mucha cámara de mano hace que todo parezca muy dinámico y las escenas en las ambulancias tienen algo de documental que funciona bien para la historia. La fotografía digital en este caso funciona perfectamente, uno casi tiene la sensación de acompañar a los protagonistas de la película. También los efectos especiales son realmente muy buenos: las escenas del accidente son escalofriantes y la sangre está sucia, pegajosa, como rara vez se ve hoy en día donde casi siempre se recrea digitalmente.

Donde la película funciona menos es en una trama que avanza de una manera poco fluida debido a un guión fragmentado (también hay un salto temporal poco definido del que nos damos cuenta solo por el corte de pelo diferente de Darín) y a una caracterización de los personajes un tanto aproximada. Por ejemplo, me gusta que Sosa no sea ni bueno ni malo, sino que hace cosas moralmente lamentables y también algunas más positivas, pero es más difícil entender las motivaciones de Luján, un personaje que incluso al final de la película no conocemos muy bien. También es por esto que la relación entre los dos me ha parecido forzada y no particularmente emocionante. Y tengo la sensación que el sonido habría podido ser mejor: tal vez no entiendo yo el acento argentino, ¡pero a menudo me fue difícil entender los diálogos entre los personajes!

De todas maneras, Carancho es una película que merece ser vista. Además de las cualidades que he descrito arriba, da la oportunidad de ver Argentina en la década de 2000, que al final, y desafortunadamente, no es muy diferente de los Noventa vista en Nueve reinas (2000). Todos intentan llegar a fin de mes lo mejor que pueden, la legalidad no existe y las estafas y la corrupción son el pan de cada día de la mayoría de la población. Esta crítica social que emerge claramente de la película me parece un considerable motivo de interés y, quiero decirlo, ¡es siempre un placer ver a Darín en la pantalla! Ciao!


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